Rectores impulsan en la FIL el cuidado de la salud mental 

Ximena Torres

Como parte de su misión formativa, el Sistema Universitario Jesuita (SUJ) busca impulsar comunidades que ayuden a las personas a construir sentido de vida. De manera inevitable, eso implica asumir el compromiso de atender la salud mental de todas las personas que integran esas comunidades. Así lo reflexionaron los rectores de las Ibero Ciudad de México, León y Puebla, así como del ITESO, en la cita que se dieron en la Feria Internacional del Libro (FIL) Guadalajara.

La actividad, llevada a cabo el 29 de noviembre,  tuvo por título “Salud mental en la universidad: retos, respuestas y horizontes de cuidado”. Su objetivo fue reflexionar sobre estrategias concretas para atender los desafíos emocionales de la comunidad universitaria desde un enfoque que articule la profesionalización del cuidado de la salud con la visión ignaciana del cuidado.

Es precisamente la cultura ignaciana del cuidado, la cura personalis, la guía a la que los representantes del SUJ hicieron referencia para asumir este compromiso. Con ello aluden al valor fundamental de la Compañía de Jesús sobre el cuidado integral de la persona, que incluye su salud física, emocional, intelectual y espiritual.

Retos y propuestas

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada siete jóvenes de entre 10 y 19 años padece algún tipo de trastorno mental como ansiedad, depresión y trastornos del comportamiento. Además, el suicidio es la tercera causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años. Ambos datos fueron recordados por Luis Alfonso González Valencia, SJ, rector de la Ibero León, para dejar claro que atender la salud mental es una necesidad ética.

Esta crisis de salud está estrechamente vinculada con la incertidumbre climática, la precariedad laboral, las tensiones geopolíticas, la violencia desbordada y el desgaste emocional que se vive en todo el mundo; para hacerle frente a todo lo anterior, “no basta con echarle ganas”, señaló Luis Arriaga Valenzuela, SJ, rector de la Ibero Ciudad de México.

A este contexto retador se suma que, durante la etapa universitaria, las y los jóvenes atraviesan el paso de la individuación a la personificación. Este tránsito implica, primero, afirmar la identidad en oposición al mundo y, posteriormente, abrirse al encuentro con otras personas, reflexionó Alexander Zatyrka Pacheco, SJ, rector del ITESO. “Lo que nos permite pasar a la personificación tiene que ver con aprender a percibir un mundo de sujetos, descubrir que el sentido de la vida humana es formar comunión”, agregó. 

En ocasiones, para consolidar ese proceso de crecimiento personal es necesario un acompañamiento terapéutico que trascienda el ámbito clínico. “No se trata de psicologizar, sino de construir un ecosistema donde la espiritualidad, la justicia, la comunidad y el cuidado se abracen como parte del mismo horizonte”, aseguró Arriaga Valenzuela.

Entre los retos para lograrlo se encuentran desestigmatizar la salud mental, fortalecer la prevención más allá de la atención en crisis, transversalizar el cuidado emocional en el currículo universitario y asegurar los recursos e infraestructura suficientes para consolidar redes de apoyo a largo plazo.

Como parte de las propuestas para avanzar en ese propósito, Zatyrka Pacheco recordó que en la universidad jesuita de Guadalajara se ha puesto en marcha una herramienta llamada “Sondea ITESO”, diseñada para identificar las áreas en las que las autoridades de la institución deben enfocar su trabajo. La intención es extender este instrumento a las demás universidades del SUJ, de modo que se convierta en un insumo fundamental para el cuidado de la salud mental.

Por su parte, Luis Arriaga Valenzuela, SJ, propuso tres acciones puntuales para fortalecer el trabajo del SUJ en este frente. La primera es la creación de una red interuniversitaria en la que se compartan aprendizajes; la segunda, incorporar el tema al núcleo formativo y no tratarlo como una actividad “de relleno”, y, por último, generar condiciones para que las y los docentes también adquieran habilidades socioemocionales que les permitan detectar señales de alerta y no sentirse solos al acompañar.

Para ir incluso más allá de las comunidades del SUJ, Alejandro Guevara Sanginés, rector de la Ibero Puebla, recordó que el trabajo con otras comunidades vulnerables fortalece el sentido de la existencia de las personas. “Entender que hay otras realidades duras en las que puedes aportar tiene un poder sanador muy grande”, dijo.

¿IA para la detección temprana?

Mucho de lo que se discutirá en la FIL Guadalajara este 2025 estará relacionado con el papel que la inteligencia artificial (IA) ha adquirido en la vida cotidiana de las personas en todo el mundo. Los rectores no se quedaron atrás en la conversación y compartieron sus reflexiones sobre las posibilidades de aplicación de estas tecnologías en el cuidado de la salud mental.

El rector del ITESO señaló que la capacidad de la IA para procesar grandes volúmenes de información —con las cuales descubrir patrones y describir realidades complejas— puede contribuir a “moverse más rápido” y favorecer la detección temprana en el ámbito de la salud mental. El riesgo, en contraste, radica en la extrema fragmentación que las redes sociales han generado entre las y los jóvenes durante sus procesos de consolidación de identidad.

“La idea es aprovechar y capitalizar la tecnología que nos permite tener información oportuna y precisa para la detección temprana. El dilema es cómo aplicar la tecnología sin perder la centralidad del trato humano”, puntualizó el rector de la Ibero Puebla. 
Este es uno de los asuntos que los representantes de las universidades jesuitas se llevan como pendiente. Su encuentro en la Feria Internacional del Libro no da por terminada la necesidad de trabajar en conjunto, pero sí amplía la discusión sobre un tema urgente que no solo involucra a las comunidades del SUJ, sino del mundo entero.